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    Bután

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    Guía de viaje a Bután

    Bután atracciones turísticas

    Más información sobre Bután

    En el extremo oriental del Himalaya se extiende un pequeño país de nombre Bután. Conocido como la “Tierra del dragón del trueno”, por creer que las violentas tormentas que se producen en las montañas más altas del mundo provenían de los temidos dragones, este reino escondido es uno de los destinos más exclusivos del planeta

    Limita con los dos países más poblados del mundo, al norte con China y al sur con India. No tiene salida al mar y su pequeña superficie de 40.994 km² se divide en 10 provincias en las que viven sus 800.000 habitantes. El pico más alto es el Gankhar Puensum con 7540 m, cuya cima no ha sido escalada. Todos los ríos forman parte de la cuenca del Brahmaputra y el Drangme Chhu es el más importante. Ninguno de ellos es navegable y son alimentados por los glaciares y las lluvias del monzón. 

    El clima va variando de norte a sur y de este a oeste. En las áreas cercanas al Himalaya los veranos son frescos y los inviernos glaciares; en los valles, la temperatura es templada con veranos calurosos e inviernos fríos y el sur es subtropical, con grandes precipitaciones que van disminuyendo a mayor altura y hacia el este.

    El monarca actual, Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, es el quinto de una dinastía que se estableció en diciembre de 1907 y recibe el nombre de “rey del dragón”. Tras siglos de monarquía absoluta de carácter teocrático, el modelo de gobierno de Bután pasó a ser una monarquía parlamentaria y el país celebró sus primeras elecciones democráticas en 2008.

    Los núcleos urbanos se integran en el paisaje de Bután de manera impecable. Todo está “maqueado” y aparece inalterado a pesar del paso del tiempo. Una de las construcciones más emblemáticas e importantes del reino son los dzongs, una mezcla entre fortaleza y templo budista con cierto aire medieval oriental, que se encuentran repartidos por todo el territorio. Albergan la comunidad monástica de la región y las oficinas de la administración, por lo que se trata de edificio civiles y religiosos al mismo tiempo. Su arquitectura imponente hace gala de una estética robusta y maciza en las torres defensivas y altos muros de piedra encalados y decorados en su parte superior con cenefas de colores. Puertas, balcones y ventanas son enmarcados con adornos y vigas de madera exquisitamente tallada y coloreada. Sus patios lucen engalanados con telas de vivos colores durante la celebración de los tseshus o festivales religiosos, en los que participan todos los habitantes de la región.

    Los templos se distinguen de las casas por una amplia banda roja que decora la parte superior de su fachada y por las ruedas de oración de la parte inferior. Un decreto gubernamental ha obligado a los lugareños a respetar el estilo propio de la casa tradicional butanesa, por lo que las ciudades y los pueblos carecen de construcciones modernas. Todos los diseños arquitectónicos respetan la estética del país. En las aldeas las viviendas son grandes y de adobe, madera o bambú. La primera planta se destina a los animales, la segunda como almacén y cocina y en la tercera, reside la familia. Siempre hay una habitación para el altar familiar o chosum. Numerosas paredes de las fachadas de las zonas rurales están adornadas con pinturas de animales sagrados y penes para atraer la buena suerte y alejar a los malos espíritus. La ayuda entre vecinos es la base de estas comunidades. 

    Existe un código de vestimenta en Bután, otra de las razones que hacen que este país muestre su cara más tradicional. El traje típico es el atuendo diario en horario de trabajo; guías turísticos, campesinos, albañiles, maestros, estudiantes o funcionarios entre otros. Ellas con sus “kira” un vestido largo hasta los tobillos y camisa de seda de colores alegres y ellos con el “gho”, una especie de bata lisa o de cuadros a media pierna y atada a la cintura, con grandes puños blancos que se complementa con unos calcetines hasta la rodillas. Para entrar en los dzongs, los hombres han de colocarse un chal sobre los hombros rodeando su pecho como signo de respeto. Su color determina si es un cargo público: naranja para los oficiales, granate para los oficiales, amarillo para el rey y beige para la gente en general.

    El tiro con arco es el deporte nacional y las partidas que se celebradan en los campos de juego, son una de los planes de ocio preferidos por los lugareños.

     

    Bután goza de ser uno de los países con mayor diversidad biológica a nivel mundial: elefantes, rinocerontes, leopardos de las nieves, tigres de bengala, pandas rojos, langures dorados, osos negros del Himalaya, takines, que son un extraño híbrido entre el yak y el alce pariente del buey azmilclero, cuervos, que son considerados el animal nacional, y hasta 670 especies de aves como la endémica grulla cuellinegra. La vegetación está representada por extensos y sombríos bosques de coníferas, pinos, robles, rododendros y enebros, prados de magnolias, orquídeas y amapolas azules y hasta 300 especies de plantas medicinales. Los diez parques naturales nacionales que hay por todo el país avalan la importancia de su vida silvestre.

    Curiosidades que descubrirás en un viaje a Bután

     

    En 1972 el rey creó el concepto de “felicidad interior bruta” sustituyendo al de producto interior bruto, magnitud que usan los demás modelos económicos del mundo.

    Este curioso medidor, inventado conforme a la filosofía budista, pretende asegurar el bienestar de la población garantizando los derechos sociales y el respeto al entorno y los recursos naturales, antes que centrarse en los bienes materiales. Sus 4 pilares básicos son el desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la protección y promoción de los valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno. No es de extrañar que estemos ante una de las sociedades más pacíficas y felices del mundo.

     

    Bután es virgen en lo que respecta a la industrialización y globalización. Hasta hace poco tiempo las fronteras estaban cerradas y se ha empezado a abrir al mundo en los últimos años, aunque sigue mostrándose tímido, preservando al máximo su intimidad. En 1975 se construyó el primer hotel para alojar a los invitados a la coronación del rey. En 1999 llegó el primer coche, la primera televisión e internet. Carece de factorías y compra a los vecinos indios todos los productos manufacturados, combustibles y tecnologías. No existen los restaurantes de comida rápida y no hay carteles de publicidad ni marcas internacionales. No se utilizan bolsas de plástico. No hay zoológicos y está prohibido enjaular animales y desde el 2004, se prohibió la comercialización y el consumo de tabaco en la calle y lugares públicos. 

    También ostenta algunos récords a nivel mundial. Tiene el 72% de cobertura en los bosques, por tanto es el único país del mundo negativo en carbono; es el primero con una agricultura cien por cien ecológica, lo que asegura una alimentación sana y de gran valor nutricional y el segundo libre de humo.

    Economía de Bután

     

    La economía de Bután se basa en la agricultura de la cebada y el arroz principalmente y la ganadería de subsistencia. El turismo es la segunda fuente de riqueza nacional, pero a pesar de esto, los butaneses quieren conservar por encima de todo su patrimonio natural y cultural intacto. Para ello, el gobierno ha regulado la entrada de los turistas cobrando una tasa diaria, de forma que no pueden viajar por libre, sino solamente a través de alguna de las agencias con permiso oficial, las cuales se encargan de organizar viajes a Bután con todo incluido, abarcando todos los servicios en el precio: visado, reservas, comida, alojamiento, transporte, guía y entrada a los lugares que se visitan.  El objetivo es promover un turismo de calidad centrado en aquellos viajeros que deseen conocer el país expresamente, anteponiendo siempre el respeto a la naturaleza y a las tradiciones, de forma que produzca un bajo impacto medioambiental, económico y social.

    Son muchos los motivos para hacer un circuito por Bután y varios los tipos de viajes que se pueden llevar a cabo bien sea solo, con amigos, en familia o en pareja: senderismo, avistamiento de pájaros, meditación, culturales o una mezcla de todos ellos.

    El 75%  de la población es budista y la religión oficial es la forma Tántrica de budismo Mahayana, originaria del vecino Tíbet. Hay centros de meditación y yoga en los templos y monasterios y los hoteles, también disponen de instalaciones para tal efecto a disposición de los huéspedes.

    Tanto los paisajes, como las ciudades y las zonas rurales de Bután parecen el decorado de una película en la que todos los detalles se han cuidado al máximo para crear una puesta en escena impecable donde no haya ningún elemento que destruya la buscada autenticidad. Los intérpretes se integran a la perfección ataviados con su indumentaria y deambulan en armonía por el llamado país de la felicidad que se muestra anclado a sus tradiciones, casi aislado y procurando mantenerse inaccesible al virus de Occidente.

    Desempolvar del mapa este recóndito país olvidado del Himalaya y elegir viajar a Bután, es una excelente decisión. Aquellas personas que deseen hacer un viaje distinto, bajar el ritmo y poner el nivel de estrés a cero, olvidarse del asfalto y reencontrarse con la naturaleza, experimentar un trato exquisito, admirar una arquitectura única en el mundo, oír como el viento mece las banderas de oración, respirar aire puro, encontrar la paz interior, lanzar sus plegarias a las montañas, sentir la tranquilidad y el silencio más absoluto, hundir la mirada en el horizonte entre picos escarpados, bosques, ríos, puentes y valles, escuchar el profundo sonido de los mantras en los monasterios y ver la felicidad en los rostros de la gente, entonces, el último Sangri-la les estará esperando escondido entre inexploradas y nevadas montañas.

    • Requisitos de entrada

      Pasaporte con validez mínima de seis meses.

    • Visado

      Se requiere visado antes de llegar al país. Precio aprox. 40$.

    • Moneda

      Ngultrum.

    • Idioma

      Dzongkha.

    • Web oficina de turismo

    • Electricidad

      220 V. No requiere adaptador.

    • Otra información útil

      Se conduce por la izquierda.

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